Históricamente, la renta de autos en Colombia no había sido, hasta hoy, un negocio millonario. Si no se requerían vehículos eventuales para actividades turísticas o empresariales, la demanda era muy baja. Hoy en día, el país tiene 10 000 automóviles para el alquiler a corto plazo y 45 000 para periodos largos. De ellos, la Asociación de Renting Colombia estima que 1500 son híbridos o eléctricos.
Mercado diversificado
Estas cifras indican que los modos de empleo se han ampliado y ahora contribuyen a un mercado más diverso. Son varios los sectores económicos que encuentran beneficios con este sistema. Sobre todo, aquellos que utilizan la renta a largo plazo y que se valen de estos activos por periodos que fluctúan entre los 36 y 60 meses. El segmento corporativo está utilizando esta modalidad para terminar de componer sus flotas sin un importante desembolso económico inmediato.
Según especialistas, los segmentos que se han beneficiado de este esquema han sido, en primera instancia, los de exploración minera e hidrocarburos. Pero el potencial del negocio ha sido atractivo incluso para empresas dedicadas al consumo masivo. Esto se debe a su necesidad de vehículos para agilizar y multiplicar su producción, para lo que no podían invertir grandes capitales.
Cuando el mundo cambió
Los primeros pasos en este negocio empezaron a darse antes de la pandemia. Aunque los números crecían poco a poco y las previsiones eran esperanzadoras, la mayor parte de los clientes eran particulares que recurrían a la renta de autos por días o semanas y en ocasiones especiales.
A partir de las cuarentenas y restricciones, las empresas ligadas a la distribución de artículos de primera necesidad necesitaron del servicio. El requerimiento de contar con flotas más numerosas y a largo plazo pudo ser cubierta con estos alquileres.
En la etapa más dura del confinamiento y, después, durante la activación económica es que se pudo consolidar el negocio. Es así que el 2021 les permitió cerrar con ganancias netas de 1.1 billones de pesos. Para el presente año, esperan casi duplicar y alcanzar los dos billones de pesos. Estas cifras marcarían un hito en la reactivación del sector.
Un nuevo despegue en el turismo y el repunte de la actividad empresarial han marcado un desarrollo más favorable de lo esperado. Esto se debería a los auspiciosos resultados obtenidos por las primeras empresas que confiaron en el renting como un medio para lograr un crecimiento sostenido.
Sostenible y sencilla
El interés común, tanto en empresas como en personas, de contribuir a la sostenibilidad ambiental ha obligado a acoger los modelos híbridos y eléctricos en este modelo. En tal sentido, los dedicados a la renta debieron listar automóviles que contribuyeran a una movilidad ecológica.
Las claves del negocio
- Sencilla administración del vehículo: El alquiler permite tercerizar los activos desde la adquisición en tienda y la gestión esporádica hasta la devolución final. Con este concepto, el cliente o usuario no debe preocuparse por los gastos que acarrean la obtención de matrícula, seguros, mantenimientos ni revisiones mecánicas.
- Anula los costos de obsolescencia: Este servicio evita a la empresa los gastos derivados de la depreciación del activo. Esto se debe a que al finalizar el contrato solo necesitan devolverlos y tienen la posibilidad de renovarlos por otros más modernos y mejor equipados.
- Apropiada opción financiera: El gravamen de la renta de automóviles es menor que los endeudamientos habituales en entidades financieras. Esto permite una mayor estabilidad a las empresas y una eficiente disponibilidad del flujo de caja.
- Agiliza los procesos administrativos y contables: Decidirse por alquilar la flota y delegar su administración termina por propiciar una factura única por el servicio operativo. Lo mismo ocurre con los gastos asociados al mantenimiento de la escuadra. La gestión de facturas se optimiza al consolidar todo en un solo proveedor.
Coyuntura favorable
El alza constante del dólar y la falta de microcomponentes para la fabricación de vehículos ha originado que adquirirlos sea más caro y complicado. Esta situación se ha agravado con el hecho de que los compradores particulares que, por lo general, usan sus vehículos la cuarta parte del día, han disminuido su interés por esta inversión.
Según perciben, los carros adquiridos en concesionarios autorizados, tienen una tendencia a perder su valor y representan gastos adicionales como mantenimientos, seguros e impuestos.
Esta coyuntura ha propiciado que los conductores empiecen a sentirse atraídos por la renta de coches y camionetas en plazos cortos y largos. A pesar de que en nuestro país no está regulado el precio del alquiler, las empresas que ofertan el servicio lo calculan considerando el precio total del bien, los kilómetros que recorre durante el tiempo que está contratado y el plazo final del arrendamiento.
Los expertos en el tema aseguran que la fortaleza del negocio radica en que no se asumen los gastos regulares de poseer un automóvil. Otro factor preponderante es que, al no tener la titularidad del carro, tampoco se debe declarar tributos sobre él.
Beneficios sustanciales
Cuando se ejecutan contratos de larga duración, el cliente corporativo o particular puede utilizar los activos sin ningún compromiso de compra. Con este simple hecho, logra mejorar su flujo de caja y, adicionalmente, cuenta con una flota moderna y actual.
A ello sumamos la posibilidad de renovar los vehículos cuando lo estime necesario, la delegación de responsabilidades en la gestión de la flota y la eliminación casi total de los gastos administrativos.
El cliente es libre de decidir si invierte sus recursos en la adquisición de vehículos, pero también puede optar por reemplazar los equipos por unos más nuevos o con mejores prestaciones. Esta es la principal diferencia que no podría tener posibilidad a elegir de haber comprado varios autos.
La oferta de este servicio ha permitido que los colombianos, en general, mejoren su calidad de vida y se olviden de trámites complicados.
Como podemos observar, la industria de arriendo de vehículos ha sabido adaptarse a los cambios del mercado en los últimos años y se ha convertido en una excelente alternativa para quienes requieren vehículos operativos, pero no están dispuestos a asumir la carga que esto significa
