Nadie está exento de tener emergencias en el carro, bien sea en la ciudad o, lo que es peor, en carretera. Al conductor más precavido y cauteloso se le pueden presentar en cualquier momento y de manera repentina situaciones que podrían traer consecuencias delicadas y, en ciertos casos, irremediables. En este artículo vamos a analizar algunos problemas que pueden suceder mientras estás conduciendo tu vehículo y lo que debes hacer en cada caso.
Algunas de las situaciones más apremiantes
Es posible que se pinche una llanta o que, incluso, explote cuando estés manejando a una velocidad considerable. En este caso, sentirás que el volante tira bruscamente hacia un lado. Debes guardar la calma y no accionar los frenos abruptamente, porque podrían estar circulando otros carros detrás del tuyo. Si necesitas ayuda, llama lo más rápido que sea posible.
Además, deberás sujetar el manubrio con firmeza e ir levantando lenta y suavemente tu pie del acelerador. Deja que sea el motor el que se encargue de ir deteniendo el automóvil y, cuando este haya perdido velocidad, acciona el pedal del freno de manera paulatina. Luego, apártate de la calle o de la carretera y cambia la llanta.
Por otro lado, una falla en los frenos es una de las situaciones más peligrosas. En este caso, presiona el pedal del freno de forma intermitente, pero rápidamente y con una buena frecuencia. Después, acciona el freno de mano de manera rápida y progresiva, pero no con violencia. Por último, debes hacer el cambio a una velocidad menor y, de paso, orillarte.
Otro de los problemas más graves que pueden ocurrir es que tu vehículo se incendie porfallos en el auto. Lo notarás por el olor, las llamas y el humo. En este evento deberás apagar el carro de inmediato, llevarlo a la orilla de la carretera o de la calle y, por supuesto, hacer que salgan todos los ocupantes.
Posteriormente, levanta la tapa del motor para aplicar el extintor. Nunca uses agua. Si ves que las llamas se acercan al tanque de la gasolina, todo el mundo se deberá alejar del coche rápidamente.
Otras situaciones de riesgo
Si el pavimento está húmedo, hay muchas posibilidades de que tu coche patine. Suele suceder cuando te encuentras con un bache y giras el volante de forma repentina. También puede acaecer cuando frenas abruptamente. Ante esta situación, no presiones el freno ni levantes el pie del pedal del acelerador. Mejor será que gires el manubrio en la misma dirección en que se estén moviendo las llantas traseras.
Ahora, cuando el automóvil se empiece a enderezar, gira en volante hacia la dirección contraria. Enseguida, debes levantar poco a poco el pie del acelerador. Cuando el auto haya reanudado el rumbo correcto, empieza a frenar suavemente.
Estas son otras circunstancias complejas:
- Si un automóvil viene en sentido contrario al tuyo y te va a chocar frontalmente, enciende las luces y acciona el claxon. Si ese conductor no reacciona, debes girar el volante lo más rápido que sea posible.
- Si sueles viajar en las noches, es posible que sufras una avería mecánica o que se te pinche una llanta, por solo mencionar dos casos. Primero, tendrás que sacar el triángulo plegable y reflectante que preferiblemente deberás tener a la mano y no en la maleta de tu auto. Después, has de llevar el automóvil al margen de la calle o de la carretera para esperar que llegue el auxilio.
Son muchas y variadas las eventualidades que se pueden presentar mientras manejas. Lo más importante es guardar la calma y, de ser necesario, actuar con rapidez para evitar consecuencias funestas.
